Traducimos todo lo que llega a nosotros con lo que nuestro interior conoce, nada más. El desarrollo que tenemos durante nuestra niñez, juventud e incluso nuestra adultez determina las respuestas de lo que recibimos y percibimos hoy. La necesidad en cada uno de nosotros es basada en un desarrollo egoísta, necesario para identificar por nosotros mismos nuestro estado lo cual impulsa un desarrollo promedial hacia el altruismo. Ese es el proceso que se diseño para nosotros como individuos y como humanidad permitiendo conscientemente nuestro crecimiento espiritual. El significado de todo lo que percibimos casi siempre es traducido por nuestro ego, lo cual en realidad nos muestra lo que tenemos nosotros mismos en nuestro interior. Este proceso debe permitir estudiarnos con el fin de traducir lo que nos llega correctamente tomando en cuenta todas las partes, no solamente la nuestra. Ser conscientes de nuestra traducción interna nos permitirá crear uniones permanentes basadas en la comprensión mutua y el amor.