Cada uno de nosotros tenemos que llegar al reconocimiento del egoísmo en nosotros mismos, no en el prójimo. Fuimos creados a imagen y semejanza del Creador, hombre y mujer nos creó y generaciones han pasado desde esa creación gracias a su bendición en cada concepción. Cada uno de los individuos de este mundo existimos gracias a la unión de un hombre y una mujer, independientemente de sus creencias. Individualmente el ser humano tiene que reconocer el egoísmo dentro de sí para ser parte del cuerpo espiritual que se ha separado para el. Gracias a esa unión es posible nuestra existencia que nos bendice con cada nueva generación. Mientras tanto amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.