La naturaleza siempre seguirá su curso, siempre habrá fuerzas de ella que nos afectarán indirecta o directamente. No es a la naturaleza a la que tenemos que temer, es a nuestras propias acciones las que poco a poco han ido quebrantándola y ella, pues naturaleza al fin busca su propio equilibrio. Si nosotros no alteramos nuestro vínculo como humanidad con nuestro entorno, no será ninguna otra cosa que nos afectará sino nosotros mismos. Es solo el desarrollo del egoísmo entre todos, lo que da paso a la destrucción individual y colectiva. La naturaleza solo busca su balance ante el desequilibrio que nosotros mismos le hemos provocado, no solo a la Tierra... al Universo entero.