Un cuchillo puede servir para confeccionar alimentos, pero también puede ser utilizado para asesinar a alguien. El cuchillo sigue siendo cuchillo la diferencia está en su uso y es lo que determina si es beneficioso o prejudicial. La Luz que recibimos de nuestro Ser Supremo es igual que el cuchillo, el uso que le damos es lo que diferencia la Luz de la Oscuridad. Somos nosotros mismos los que procesamos incorrectamente lo que recibimos. Pero como podemos regular algo que ni siquiera entendemos que podemos hacerlo. A consecuencia de nuestro egoísmo hemos limitado nuestro potencial humano y por tal acción estamos sumergidos en un estanque. Es el trabajo interno de cada individuo lo que permitirá ceñirnos a Él. Solo trabajando internamente con nosotros mismos nos permitirá entender nuestro papel en este rompecabezas que sólo se armará cuando cada pieza encuentre su posición.