Nuestros sentidos no nos permiten percibir la realidad como realmente es, tenemos que llegar a comprender esta gran verdad. Percibimos todo lo que nos rodea procesándolo con lo que previamente hemos desarrollado en nosotros mismos. No podemos eliminar de la ecuación que nuestro desarrollo es egoísta y así mismo serán las interpretaciones que hagamos de lo que recibimos por medio de los sentidos. Lo que podemos ver como un acto en particular en realidad nuestra mente lo traduce con nuestros propios medios, no lo podemos definir ó interpretar correctamente. Para poder percibir la realidad de una manera más precisa es necesario desarrollar un nuevo sentido, uno que nos de la oportunidad de poder ver las raíces de las ramas que observamos. Un sentido que nos permita percibir más allá de lo físico y adentrarnos en nuestro interior. Si somos concientes de nuestro estado podremos transformar nuestro desarrollo natural egoísta promedialmente lo que nos permitirá desarrollar este nuevo sentido. Con el podremos entender los procesos que inician nuestra posibilidad de crear y así acercarnos más espiritualmente a nuestra fuente de vida y entre nosotros mismos.