Las relaciones entre los seres humanos tienen que fundamentarse en el propósito de amor mutuo. La conexión entre nosotros con la intención de llenarnos en garantía es la solución definitiva a nuestras uniones. El ser humano se desarrolla con el deseo de recibir y evoluciona hasta lograr comprender que su deseo requiere un nuevo sentido y dirección. El problema no es la falta de conexión entre nosotros sino la corrección del propósito en todo sentido. Llegar a esa corrección unificadora requiere una comprensión que permita construir un nuevo mundo. El gran reto es lograr entender que nuestro deseo necesita evolucionar y sentir para llenar el deseo de los demás. La conexión duradera siempre tendrá en fundamento el amor y la intención que corresponde a ese sentimiento.