Las neuronas en nuestro cerebro viajan armoniosamente permitiendo estabilidad en el cuerpo entero. Los tejidos cerebrales con los traumas de la vida se van deteriorando y éstas se ven en la necesidad de cambiar de carril ocasionando una reacción en cadena que desequilibra el sistema. Es en ese punto que tenemos que restringirlas y llevarlas a compartir su camino para lograr alcanzar la armonía inicial. En nosotros el amor hacia los demás en un principio es completo, puro y verdadero. Al pasar el tiempo nuestros deseos egoístas van deteriorando la calidad de nuestro amor. Cuando los deseos físicos no encuentran equilibrarlo nos llega el Entendimiento de un nuevo sentido que se apodera y nos lleva a cambiar de rumbo. La revelación que adquirimos es que no es obteniendo sino compartiendo lo que permitirá la restauración del amor y el equilibrio entre nosotros.