Como abejas a un panal pretendemos avanzar en nuestro desarrollo como individuos sin hacer el trabajo interno que es fundamental para el inicio del viaje de vuelta a casa. Nuestro crecimiento espiritual depende de nuestras uniones con los demás y ciertamente no nos equivocamos, pero es sólo una parte esencial en el proceso. La parte primordial y determinante proviene de nuestro Di~s que es un permiso individual a cada uno de nosotros. Este privilegio depende de nuestro trabajo interior el cual permite un acercamiento a una equivalencia de forma con Él que es a lo que como humanidad aspiramos. Todos los procesos están entrelazados ya que nuestro trabajo conciente depende de la unión con nuestro prójimo y mientras más comprometidos estemos en el proceso estaremos realizando plegarias continuas las cuales nos harán merecedores de entrar al mundo superior. Será entonces que correctamente estaremos laborando todos en el panal el cual podremos saborear dulce como la miel.