Los seres humanos permanecemos en un sueño constante sin tan siquiera intentar despertar a la realidad. La realidad para nosotros es el mundo físico donde pensamos que nos encontramos la mayoría de nuestro tiempo. Todo lo que nos rodea es una consecuencia del lugar donde si pertenecemos y de donde realmente vivimos nuestra vida. Es ese lugar el cual tenemos que descubrir en nuestro interior ya que ahí se genera toda la realidad que vivimos y es lo que permite conectarnos. Las distancias entre nosotros van más allá de este mundo físico, son medidas en el desarrollo interior lo que permite la comunión entre individuos. En ocasiones nuestra realidad son millas de distancia, pero lo importante es que aún distantes nos relacionamos desde donde realmente vivimos para ayudarnos en nuestro desarrollo espiritual.