La realidad que percibimos con nuestros sentidos es solo la materialización del deseo egoísta de la humanidad. La única forma de frenar ese estado actual es que el ser humano vea que la "realidad" que observa no es la que está destinado a vivir, sino la que puede hacer con la transformación de su egoísmo en todas sus formas y ese proceso empieza en cada uno de nosotros. El problema es que nuestros pies están en la tierra, pero lo que nos mantiene vivos no.