En el proceso de cultivo preparamos el terreno para sembrar semillas que germinen en un buen entorno con todo lo necesario para crecer en abundancia. El terreno en sequía no permite a toda semilla germinar pues no obtienen de éste lo necesario para crecer. No solamente el terreno se ve afectado por un ambiente árido, las semillas se limitan de su proceso de crecimiento. Nosotros somos los llamados a revertir ese rumbo, a preparar el terreno para obtener un buen cultivo y así aportar para las futuras generaciones. Un gran cultivo solamente podrá ser realizado mediante la ayuda mutua entre el jardinero y el jardín. El trabajo interno en nosotros mismos de igual manera preparará la calidad de nuestra semilla que finalmente será sembrada en un terreno fértil brindando un óptimo resultado. Es en la calidad del cultivo donde se encuentra la solución al estado marchito en que vivimos. Así seremos conscientes del proceso y bendecidos por mil generaciones, cultivando amor como un buen jardinero.